martes, 3 de agosto de 2010

¡¡¡ Feliz Día para todos los niños que somos !!!

El niño que soy

Soy un niño con un nombre que me sustenta, llámame por mi nombre. Acéptame como soy: no me compares. Yo soy como tú, un individuo único con únicas maneras de percibir, interpretar y expresarse. Aprender es agradable. No me lo eches a perder con castigos tareas y amenazas. Permíteme expresarme libremente: no termines mi frase ni culmines mis trazos, ni rellenes mis dibujos. Intercambia conmigo opiniones. Así me ayudas a aceptar las críticas ajenas. Mírame a los ojos cuando me hables. De ser posible colócate a la altura de mi vista. A veces me duele el cuello de mirar hacia arriba. Sé discreto con mis asuntos: mis piojos, mi zurdera, mi tartamudez o mis rabietas; no van a desaparecer por el hecho de que tú las pregones. Déjame tomar decisiones. Sugiéreme y plantéame alternativas pero enséñame a ser independiente; a prescindir de ti. Estimúlame para mantener despiertos mis sentidos. Con ellos puedo hacer y rehacer el universo. Valora mis esfuerzos más que los resultados de mis actos. Así tendré ánimo para seguir adelante y ése será nuestro triunfo. Si asumes que yo soy un individuo en proceso de transformación (y tú también) podremos ser solidarios en la creación. Necesito límites y está bien que ejerzas el control pero hazlo con firmeza, congruencia perseverancia y cariño. No me pidas que me quede quieto por mucho rato.
Tengo muchos barcos y trenes y aviones, caballos y mariposas por dentro.
No me resuelvas las cosas porque me harás un desvalido. No supongas lo que me pasa; indágalo. Así nos ayudaremos. Un dato para sobrevivir el mañana: enséñame a cooperar antes que a competir. Enséñame también cómo aprender pero quiero aprender explorando, haciendo, viviendo. Necesito amar y ser amado.
Vamos pues. (Fuente: Efemérides Culturales Argentinas)

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