Señor, yo te agradezco:
Por la alegría de dar a conocer a los niños: El Principito, Alicia, Heidi, Oliver Twist, Don Quijote, Ben-hur y tantos otros personajes del mundo de los libros.
Por el privilegio de proporcionar a la juventud, libros que explican el misterio de la vida, las maravillas del universo, los secretos de una profesión.
Por la honra de prestar libros a los ancianos en el crepúsculo de la vida, ayudándolos así a enfrentar con mayor serenidad y paciencia, el cansancio, la enfermedad, el silencio y la infinita espera del fin.
Por la excitación en el vértice de la información donde, constantemente montones de hechos son seleccionados, enumerados y presentados a interminables filas de niños, jovenes y adultos sedientos de Verdad.
Por el placer de conversar con romancistas, poetas, historiadores, educadores, periodistas y muchos otros cuyos escritos abren ventanas para el mundo.
Por la paz que disfruto, sentado con otros en una enorme sala de lectura, con estantes y mesas transbordado de publicaciones sobre todos los asuntos concebibles.
Por la emoción de escudriñar una enciclopedia, un atlas, o un estante de diccionarios que condensan el esmerado trabajo de muchos cerebros.
Por la oportunidad de tomar conocimiento de incontables ejemplos del delicado arte de la impresión, ilustración y encuadernación.
Pero a pesar de todo eso, ¡oh Dios! yo te agradezco:
Por la dádiva de la luz de los ojos y por la voluntad de cultivar el más disfrutable y simple de todos los placeres -LA LECTURA- a través de la cual diariamente alcanzamos victorias sobre la ignorancia, en la constante búsqueda de un mayor CONOCIMIENTO.
Traducido del portugués por Rafael Ferreira.
Biblioteca y Lecturas
Construyendo un puente entre lectura y lectores…
viernes, 3 de junio de 2011
miércoles, 22 de diciembre de 2010

Un 24 de diciembre, María y José iban camino de Belén para empadronarse tal y como había ordenado César Augusto. José iba caminando y María, a punto de dar a luz a su hijo, sentaba en un burro.
Meses atrás, el arcángel Gabriel había visitado a María para darle la noticia de que en su vientre llevaba al hijo de Dios, un niño al que tendría que llamar Jesús.
A su llegada a Belén, María y José buscaron un lugar para alojarse, pero llegaron demasiado tarde y todo estaba completo. Finalmente, un buen señor les prestó su establo para que pasaran la noche. José juntó paja e hizo una cama para su esposa. Lo que ninguno de los dos imaginaba antes de trasladarse ese día a Belén es que era el momento de que naciera Jesús.
Al caer la noche, en el cielo nació una estrella que iluminaba más que las demás. Muy lejos de allí, en Oriente, tres sabios astrólogos (Melchor, Gaspar y Baltasar) sabían que esa estrella significaba que un nuevo rey estaba a punto de nacer.
Los tres sabios, a los que conocemos como Los Tres Reyes Magos, fueron siguiendo la brillante estrella hasta el pesebre de Belén para visitar a Jesús. Cuando llegaron a su destino, Melchor, Gaspar y Baltasar regalaron al Niño oro, incienso y mirra.
Hoy en día, de la misma forma que Los Reyes de Oriente llevaron regalos a Jesús, la noche del 24 de diciembre Papá Noel, y la noche del 6 de enero los Reyes Magos, llevan regalos a todas las casas para conmemorar el nacimiento del Niño.(fuente: http://www.guiainfantil.com/navidad/Cuentos/nacimiento.htm)
viernes, 13 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
Aspectos a tener en cuenta durante la realización de la lectura en voz alta

1. Conozca el libro que va a leer. Conocer el libro permite un mejor fraseo, entonación, inflexión e interpretación del texto que se quiere dar a conocer.
2. Mire a los ojos a quienes les esté compartiendo la lectura. No hay que olvidar que leer es un acto comunicativo principalmente. La mirada refuerza los nexos de comunicación entre quien lee y quien escucha, transmitiendo al mismo tiempo una sensación de atención permanente.
3. Conozca los niveles lectores del auditorio. Leerles “Punto a Punto” a un grupo de niños preescolares o “Chiguiro” a un grupo de adolescentes puede convertirse en una labor contraproducente. Conocer el nivel lector del auditorio garantiza escoger con mayor tino las temáticas, contenidos y complejidad del texto a trabajar. Al tratarse de una lectura en voz alta sin embargo, se puede elegir un libro con un nivel de lectura más avanzado que el medio del auditorio, esto ayuda a conservar su interés.
4. La lectura no comienza ni termina en el libro. A medida que vaya realizando la lectura plantee preguntas y elabore cuestionamientos que favorezcan las lecturas intertextuales y críticas así como permita a quien escucha un momento para realizar sus preguntas, expresar sus dudas y plantear su propia interpretación del texto.
5. Presente el libro. Al igual que una persona un libro tiene un origen, fue realizado por alguien y publicado por una editorial. Conocer los elementos paratextuales brinda marcos de referencia que permiten la navegación posterior del lector en formación.
6. El libro más allá de los valores. Un libro no es sólo un elemento de transmisión de valores culturales ni formas correctas de comportamiento social. No reduzca la complejidad del lenguaje, las formas literarias ni la construcción de una trama y/o personajes a una situación moral.
7. No resuma el libro. No siempre los lectores en formación estarán dispuestos a escuchar. Es preferible en estos casos suspender una lectura que terminar el libro resumiéndolo. La angustia no es el mejor sentimiento para ser relacionado con la lectura.
8. Permita el acceso del lector al libro. Permitir que el lector en formación pueda retomar el libro posteriormente por su propia cuenta amplia los campos de significación que se le puede otorgar al texto al tiempo que mejora la familiaridad que se puede tener con el texto.
9. Acompañe la lectura en voz alta de lectura silenciosa sostenida. La lectura en voz alta acompañada de la lectura silenciosa sostenida es quizás el mejor sistema de mejorar la relación lector –texto. Permite que el lector en formación logre al mismo tiempo tener una relación más personal con los libros. De otro lado le permite explorar sus intereses de manera autónoma.
10. No sólo de cuentos vive el lector. Se pueden leer muchos tipos de textos (desde el instructivo hasta el lirico). Amplíele al lector en formación su universo lector.
Este decálogo (siempre se termina haciendo un decálogo) sólo constituye una mera guía a tener en cuenta en la realización de la lectura en voz alta. El mediador de lectura encontrará otras a su paso o encontrará ineficientes algunas de ellas. La experiencia siemrpe será la mejor consejera.
(Fuente:lecturasparatodos.blogspot.com
2. Mire a los ojos a quienes les esté compartiendo la lectura. No hay que olvidar que leer es un acto comunicativo principalmente. La mirada refuerza los nexos de comunicación entre quien lee y quien escucha, transmitiendo al mismo tiempo una sensación de atención permanente.
3. Conozca los niveles lectores del auditorio. Leerles “Punto a Punto” a un grupo de niños preescolares o “Chiguiro” a un grupo de adolescentes puede convertirse en una labor contraproducente. Conocer el nivel lector del auditorio garantiza escoger con mayor tino las temáticas, contenidos y complejidad del texto a trabajar. Al tratarse de una lectura en voz alta sin embargo, se puede elegir un libro con un nivel de lectura más avanzado que el medio del auditorio, esto ayuda a conservar su interés.
4. La lectura no comienza ni termina en el libro. A medida que vaya realizando la lectura plantee preguntas y elabore cuestionamientos que favorezcan las lecturas intertextuales y críticas así como permita a quien escucha un momento para realizar sus preguntas, expresar sus dudas y plantear su propia interpretación del texto.
5. Presente el libro. Al igual que una persona un libro tiene un origen, fue realizado por alguien y publicado por una editorial. Conocer los elementos paratextuales brinda marcos de referencia que permiten la navegación posterior del lector en formación.
6. El libro más allá de los valores. Un libro no es sólo un elemento de transmisión de valores culturales ni formas correctas de comportamiento social. No reduzca la complejidad del lenguaje, las formas literarias ni la construcción de una trama y/o personajes a una situación moral.
7. No resuma el libro. No siempre los lectores en formación estarán dispuestos a escuchar. Es preferible en estos casos suspender una lectura que terminar el libro resumiéndolo. La angustia no es el mejor sentimiento para ser relacionado con la lectura.
8. Permita el acceso del lector al libro. Permitir que el lector en formación pueda retomar el libro posteriormente por su propia cuenta amplia los campos de significación que se le puede otorgar al texto al tiempo que mejora la familiaridad que se puede tener con el texto.
9. Acompañe la lectura en voz alta de lectura silenciosa sostenida. La lectura en voz alta acompañada de la lectura silenciosa sostenida es quizás el mejor sistema de mejorar la relación lector –texto. Permite que el lector en formación logre al mismo tiempo tener una relación más personal con los libros. De otro lado le permite explorar sus intereses de manera autónoma.
10. No sólo de cuentos vive el lector. Se pueden leer muchos tipos de textos (desde el instructivo hasta el lirico). Amplíele al lector en formación su universo lector.
Este decálogo (siempre se termina haciendo un decálogo) sólo constituye una mera guía a tener en cuenta en la realización de la lectura en voz alta. El mediador de lectura encontrará otras a su paso o encontrará ineficientes algunas de ellas. La experiencia siemrpe será la mejor consejera.
(Fuente:lecturasparatodos.blogspot.com
miércoles, 4 de agosto de 2010
martes, 3 de agosto de 2010
¡¡¡ Feliz Día para todos los niños que somos !!!
El niño que soy
Soy un niño con un nombre que me sustenta, llámame por mi nombre. Acéptame como soy: no me compares. Yo soy como tú, un individuo único con únicas maneras de percibir, interpretar y expresarse. Aprender es agradable. No me lo eches a perder con castigos tareas y amenazas. Permíteme expresarme libremente: no termines mi frase ni culmines mis trazos, ni rellenes mis dibujos. Intercambia conmigo opiniones. Así me ayudas a aceptar las críticas ajenas. Mírame a los ojos cuando me hables. De ser posible colócate a la altura de mi vista. A veces me duele el cuello de mirar hacia arriba. Sé discreto con mis asuntos: mis piojos, mi zurdera, mi tartamudez o mis rabietas; no van a desaparecer por el hecho de que tú las pregones. Déjame tomar decisiones. Sugiéreme y plantéame alternativas pero enséñame a ser independiente; a prescindir de ti. Estimúlame para mantener despiertos mis sentidos. Con ellos puedo hacer y rehacer el universo. Valora mis esfuerzos más que los resultados de mis actos. Así tendré ánimo para seguir adelante y ése será nuestro triunfo. Si asumes que yo soy un individuo en proceso de transformación (y tú también) podremos ser solidarios en la creación. Necesito límites y está bien que ejerzas el control pero hazlo con firmeza, congruencia perseverancia y cariño. No me pidas que me quede quieto por mucho rato.
Tengo muchos barcos y trenes y aviones, caballos y mariposas por dentro.
No me resuelvas las cosas porque me harás un desvalido. No supongas lo que me pasa; indágalo. Así nos ayudaremos. Un dato para sobrevivir el mañana: enséñame a cooperar antes que a competir. Enséñame también cómo aprender pero quiero aprender explorando, haciendo, viviendo. Necesito amar y ser amado.
Vamos pues. (Fuente: Efemérides Culturales Argentinas)
Soy un niño con un nombre que me sustenta, llámame por mi nombre. Acéptame como soy: no me compares. Yo soy como tú, un individuo único con únicas maneras de percibir, interpretar y expresarse. Aprender es agradable. No me lo eches a perder con castigos tareas y amenazas. Permíteme expresarme libremente: no termines mi frase ni culmines mis trazos, ni rellenes mis dibujos. Intercambia conmigo opiniones. Así me ayudas a aceptar las críticas ajenas. Mírame a los ojos cuando me hables. De ser posible colócate a la altura de mi vista. A veces me duele el cuello de mirar hacia arriba. Sé discreto con mis asuntos: mis piojos, mi zurdera, mi tartamudez o mis rabietas; no van a desaparecer por el hecho de que tú las pregones. Déjame tomar decisiones. Sugiéreme y plantéame alternativas pero enséñame a ser independiente; a prescindir de ti. Estimúlame para mantener despiertos mis sentidos. Con ellos puedo hacer y rehacer el universo. Valora mis esfuerzos más que los resultados de mis actos. Así tendré ánimo para seguir adelante y ése será nuestro triunfo. Si asumes que yo soy un individuo en proceso de transformación (y tú también) podremos ser solidarios en la creación. Necesito límites y está bien que ejerzas el control pero hazlo con firmeza, congruencia perseverancia y cariño. No me pidas que me quede quieto por mucho rato.
Tengo muchos barcos y trenes y aviones, caballos y mariposas por dentro.
No me resuelvas las cosas porque me harás un desvalido. No supongas lo que me pasa; indágalo. Así nos ayudaremos. Un dato para sobrevivir el mañana: enséñame a cooperar antes que a competir. Enséñame también cómo aprender pero quiero aprender explorando, haciendo, viviendo. Necesito amar y ser amado.
Vamos pues. (Fuente: Efemérides Culturales Argentinas)
lunes, 26 de julio de 2010
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